lunes, 14 de diciembre de 2015

DECLARACION ARQUITECTÓNICA

BOJORQUE-CONSTRUCCIONES
¿Qué nos hace lo que somos?






No solamente somos un estudio de arquitectura empeñado en desarrollar formas, estilos o tecnologías que abundan en el mundo. Somos desarrolladores de un conocimiento que unifica en sí mismo los cuatro pilares de la sabiduría como son el arte, la ciencia, la filosofía y la mística. Para nosotros las edificaciones no son la simple materialidad científica y artística, sino que conllevan en sí la energía de vida que les permite expresarse como seres independientes y únicos. Cuando un elemento edilicio enferma a los usuarios que lo habitan por el simple hecho de estar en él, se convierte en un ser agresivo cuyo fin ya no es el servicio. De la misma manera y en sentido contrario una obra construida que manifiesta en su interior la sanidad que ensalza a sus partícipes humanos se convierte por derecho propio en un templo de sanidad. Todo parte de la naturaleza y la naturaleza está viva. Una obra arquitectónica o urbana también está viva y es un ser energético con chakras y vórtices internos que le permiten manifestar energía de salud o enfermedad. En BOJORQUE-CONSTRUCCIONES  sabemos eso y aplicamos nuestro conocimiento filosófico y místico para cambiar la visión de las personas y hacerles partícipes de una nueva forma de ver y vivir la arquitectura, una  forma que a la vista de hoy, es mágica. Hasta hace poco tiempo era inconsciente la idea de que el planeta estuviera vivo y que podía enfermar por lo que la contaminación se hizo global. Ahora este concepto tan sencillo forma parte de toda la humanidad y no uno sino muchos buscamos que nuestro planeta sane. De igual manera la idea de un edificio vivo como una persona es un concepto revolucionario cuya expresión a los ojos profanos resulta insospechado pero que crecerá hasta convertirse en masa crítica mejorando la vida de millones de personas. Esto es ARQUITECTURA ENERGETICA CONSCIENTE.









Toda edificación que ha logrado la sanidad en su construcción o en su diseño y construcción genera un aura interna capaz de cambiar su entorno. En analogía con el ser humano, podríamos decir que si una persona cambia para mejorar su carácter, su personalidad, su comportamiento o su nivel moral o de ser, también en consonancia con aquello permitirá por así decirlo el cambio de un grupo humano o de la comunidad en donde se manifieste. Si el lugar es un vecindario en donde las personas no se respetan y son injuriosas entre sí, los dramas, los malos entendidos y las peleas serán el pan de cada día. Pero si en el justo momento uno de ellos, uno de los vecinos decide cambiar su nivel de ser y se torna respetuoso y elogiador, es de esperar que por empatía sus semejantes también hagan lo mismo. Llegará el punto de masa crítica en el que tantos cambios se han dado que el vecindario completo sea así con valores beneficiosos. Así mismo un edificio como ser viviente energético que es, muy aparte de los habitantes que tenga, por su sanidad puede influir  dramáticamente en su entorno. Miren que existen casos muy específicos que han tenido trascendencia internacional. Un edificio diseñado para recibir las emanaciones energéticas de la Tierra que sean las adecuadas y así retransmitirlas también será ejemplo a ser emulado beneficiando a la ciudad. Las antiguas y pasadas ideas de que actuando en la ciudad con normas o reglas para que mejoren las condiciones de un lugar ya no tienen cabida en ésta época de florecimiento de la consciencia. Cuantas veces hemos visto que los barrios marginales son atropellados por medidas de coacción que no han llevado sino al caos y al resentimiento o sectores edificados por norma simplemente son los mismos y repetidos cajones donde las seres humanos se entregan a producir y a morir. Muy al contrario edificios hermosos e importantes han logrado magníficos comportamientos en los ciudadanos marginados cuando estos han sido construidos en su misma zona de vida. Muy importante y revolucionario el concepto pues LA CIUDAD ES LA EXTENSION DEL EDIFICIO depende directamente de la dialéctica de la consciencia de los ciudadanos y de su valoración del ser; mientras que aquel concepto que hace que la ciudad se maneje únicamente desde las normas, reglamentos y acciones sobre la masa edificada, no alcanza sino a convertir un lugar en zona de agresión y derrotismo.



Erick Bojorque Pazmiño

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