Muchos lo intentan con todas las fuerzas.
Estudios se aglomeran sobre el tema.
La mejor manera de enfrentar el asunto es a través de lo constructivo...¡piensan!
Menos costos...más accesibilidad.
Al final la barata vivienda, ya no la de interés social, se degrada y degrada a los suyos.
Obrar de manera equivocada es obrar tocando siempre el mismo son.
De "interés" social tiene una verdad latente en ella.
Debe ser "interesante".
Es lo natural.
Siempre en el mismo problema se encuentra la solución, la salida.
Enfocarse solamente en lo constructivo, en los materiales es perder el tiempo y de poco "interés".
Soluciones descabelladas y utópicas proliferan en aras de muchas buenas intenciones.
Nadie ha mejorado su condición de vida, su forma de vida, su modo de vivir por usar uno u otro material.
La solución no va por ese camino.
Los políticos, los burócratas, piensan que hacer arquitectura es "bajar costos" únicamente.
Resulta que hacer arquitectura en parte es enseñar a vivir, es indicar cómo vivir.
La tarea, la veo así, es enfrentar el orden disposicional de la vivienda. La planta, la distribución espacial.
No podríamos continuar con esquemas que solemnizan y perennizan los paradigmas de sala-comedor-cocina-dos o tres dormitorios y baño. Esquemas "modernos" de familias nucleares "modernas" dentro de las mismas cajas mínimas coincidentemente "industrializadas". Hay que dejar el pasado en el pasado y la modernidad en donde debía estar.
Vivimos una época posterior llamada posmodernismo en donde las familias ya no son las de antes, en donde los usuarios tampoco. Todos hacen de todo y para todos hay parte en ello.
Importante e interesante para la sociedad determinada es indagar las nuevas necesidades comunes de familia y sobre ellas presentar planteamientos arquitectónicos que formen nuevos paradigmas.
Podría ser de verdadero...INTERES SOCIAL.
Atentamente
Erick Bojorque
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