Los prefabricados como panacea constructiva.
¿Son la respuesta para las soluciones habitacionales?
Varias personas han llegado hasta nuestro estudio en distintas oportunidades con la intención de obtener respuestas y preguntarme como profesional de la construcción sobre el beneficio palpable o imaginario del uso de las novísimas técnicas de prefabricación y prefabricados como sistema constructivo para viviendas.
Siempre es la misma duda. Siempre el mismo desconcierto. No veo que sea por temor sino por lo brillante que se muestra.
Habitualmente les digo que la prefabricación no es algo nuevo y que más bien es un sistema desarrollado en el siglo pasado con claros visos de obtener mejores ganancias y ganancias globales para los fabricantes no para los usuarios.
Vistas de la última burbuja inmobiliaria podemos comprender que los grandes conjuntos habitacionales, las inmensas ciudadelas de cajitas, nunca buscaron solucionar el problema de la vivienda, sino más bien buscaban agrandar las arcas de las empresas constructoras y banqueras que dieron al traste con la economía de muchos países otrora ricos.
Existen en oferta y digo oferta para patentizar el hecho de mercado, muchos sistemas panaceas, según sus vendedores arquitectos que ahora han dejado la bella profesión para dedicarse al comercio, a ser el mecenas presupuestador del costo por m2, que ofrecen las mejores garantías de duración, de sismo resistencia, de aislamiento térmico, mediante el uso de paneles de concreto, de aglomerado de madera, de fibra, sin que medie estudios profesionales serios y en especial la puesta en escena práctica de por lo menos 12 años de uso y abuso concreto por parte de usuarios medios de una familia en diferentes latitudes, suelos, climas.
Las reglas del juego frente a estas soluciones enfocadas únicamente en los costos, en los materiales al límite, son el mercadeo y la publicidad; es decir dependen de la honestidad del interventor y eso ya deja mucha tela que cortar.
No solo los usuarios se dejan embeber y hasta convencer de estos paradigmas, sino también profesionales del ramo de la construcción que irresponsablemente alientan el uso de dichos productos, patentizando la palabra, que no solventan una vida familiar plena sino una deuda encaminada al beneficio de otros intereses.
Arquitectura no es solamente el costo, lo barato. Arquitectura es vida en plenitud.
Enfocarse únicamente en los costos es negarse la oportunidad de ser.
Atentamente
Erick Bojorque
No hay comentarios:
Publicar un comentario